Se acerca el cierre de un año marcado por una economía inestable y un panorama financiero desafiante para los ciudadanos argentinos. Diciembre no solo es sinónimo de festividades y cierres de ciclo, sino también de una serie de aumentos que impactarán distintas áreas del
bolsillo de los argentinos. Desde tarifas de servicios hasta educación y alquileres, el último mes del año promete ser un desafío adicional para los ingresos familiares. Y aunque el nuevo año aún no ha comenzado, ya hay ajustes confirmados que comenzarán a regir en enero de 2025.
Las tarifas de los servicios públicos se perfilan como uno de los focos de aumento más significativos. Según se ha adelantado, habrá un ajuste en las tarifas de energía eléctrica y gas, aunque todavía están definiéndose los porcentajes exactos que cambiarán a partir del último
mes del calendario. Estos incrementos son parte de una serie de ajustes escalonados que comenzaron a implementarse durante el año y que buscan equilibrar la disparidad entre los costos reales de producción y distribución de energía y los precios subsidiados que se han mantenido por
años. No obstante, este ajuste genera preocupación acerca de cómo afectará esto el poder adquisitivo de las familias, en especial en un período del año donde el consumo suele aumentar.
Otro sector que verá incrementos es el de las prepagas. Este rubro viene percibiendo ajustes consecutivos a lo largo del año debido a la inflación y al aumento de los costos médicos, y se espera que en diciembre se implemente un nuevo porcentaje de aumento. Las medicinas y los costos
asociados al cuidado de la salud forman parte de un aspecto crítico para los argentinos, sobre todo en un contexto donde la salud ha cobrado una relevancia aún mayor en los últimos tiempos. Es por ello que los incrementos en las prepagas son recibidos con especial atención por la
población, quien debe ajustar su presupuesto para poder mantener una cobertura médica acorde a sus necesidades.
En cuanto al transporte, otro de los ajustes que preocupa es el referente a los combustibles. Aunque se esperan anuncios oficiales, se prevé un nuevo aumento en las naftas y el gasoil. Este incremento es particularmente sensible, dado que el costo de los combustibles impacta de forma
directa en la economía diaria de los consumidores: desde el transporte personal hasta los costos de traslado de mercancías, el reflejo de este aumento puede notarse de inmediato en diversos productos y servicios. La cadena de aumentos no termina en este sector. El precio de los
alquileres también se verá impactado cuando se aplique el índice de ajuste correspondiente que rige por ley. Así, quienes viven en alquiler deberán prepararse para modificarse a las variaciones del mercado inmobiliario, que sigue mostrando incrementos en los valores mensuales. Ya se
están elaborando pronósticos respecto a las dificultades que esto podría representar para muchas familias que intentan cubrir el costo de vida sin desencadenar atrasos en sus pagos.
Para el sector educativo, diciembre también encuentra novedades considerables. Las matrículas de los colegios privados enfrentarán una suba acordada que, aunque contratada de antemano, no deja de sorprender en un contexto de creciente inflación y presión sobre las finanzas
familiares. Este incremento se alineará, no obstante, con las paritarias docentes y los nuevos acuerdos salariales firmados durante el año, lo que refleja una política de ajustes generalizada en todos los sectores que buscan minimizar el impacto negativo de la inflación anual.
Mirando hacia adelante, el inicio de 2025 tampoco desentona en lo que se refiere a aumentos. Ya se han anunciado algunos ajustes para comienzos del nuevo año, reflejando una tendencia que parece inalterable en el corto plazo. Con el cambio de calendario, también llegará el habitual
ajuste en las cuotas de seguros e impuestos, los cuales ya se prevé que seguirán la línea alcista que marca el contexto actual.