La historia de Cho Tak Wong es un testimonio de tenacidad y perseverancia frente a las adversidades. A los 8 años, Cho fue expulsado de la escuela, un hecho que podría haber marcado el final de cualquier aspiración académica y profesional. Sin embargo, su recorrido hacia el éxito global apenas comenzaba. Nacido en una humilde familia de agricultores en China, Cho tuvo que ayudar en el campo desde temprana edad, asumiendo responsabilidades mayores a las de un niño común.
Tras su expulsión, Cho se dedicó a varios trabajos para ayudar a sostener a su familia. Una de sus ocupaciones más destacadas fue la venta de tabaco, actividad que le permitió adquirir no solo experiencia en el comercio, sino también un entendimiento profundo del trabajo duro y la determinación. Aunque estas experiencias no se asemejaban necesariamente a una educación formal, forjaron en Cho un carácter resiliente y emprendedor.
A pesar de sus humildes comienzos, Cho nunca renunció a sus sueños. Con esfuerzo y determinación, logró ahorrar suficiente dinero para comprarse su primer auto a los 40 años, una hazaña considerable dadas las circunstancias de su vida. Este vehículo no solo simbolizaba un logro personal, sino que también se convirtió en una herramienta esencial para expandir sus horizontes comerciales. Con el tiempo, Cho fundó la empresa Fuyao Glass, que hoy es uno de los principales proveedores de cristal automotriz del mundo. Su compañía abastece a gigantes de la industria automotriz como BMW, Volkswagen y Tesla.
La historia de Cho Tak Wong no solo es inspiradora, sino también un recordatorio poderoso de que la educación y el estatus social no siempre son determinantes del éxito. Su vida demuestra que la pasión, el trabajo arduo y una mente emprendedora pueden superar prácticamente cualquier obstáculo. En la actualidad, Cho Tak Wong es no solo un multimillonario sino también un filántropo, que utiliza parte de su fortuna para apoyar proyectos educativos y de desarrollo comunitario en su país natal.