La actividad manufacturera de la industria pyme experimentó una caída anual del 8,7% en agosto, según datos proporcionados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La entidad señaló que, a pesar de registrar un leve crecimiento durante el mes, esta mejora no representa un cambio sustancial en la tendencia observada a lo largo del año. El análisis de la CAME también revela que en los primeros ocho meses de 2023, la retracción acumulada alcanza un alarmante 17%, lo que despierta preocupaciones sobre la sostenibilidad del sector a corto y mediano plazo.
Durante agosto, si bien la industria pyme logró mostrar algunos signos de recuperación respecto al mes anterior, las cifras anuales siguen siendo desalentadoras. Esta caída del 8,7% respecto al mismo mes del año pasado evidencia las dificultades que enfrenta el sector, afectado por diversos factores adversos, entre ellos, la inflación, la carga impositiva y la escasez de financiamiento accesible. Los pequeños y medianos empresarios argentinos destacan la necesidad urgente de medidas de apoyo que permitan revertir esta tendencia negativa y fomentar un entorno más favorable para la producción.
En un contexto económico incierto y desafiante, la CAME ha reiterado sus llamados al Gobierno para que implemente políticas de estímulo que beneficien a las pymes. Entre las sugerencias destacan la reducción de impuestos, el acceso a créditos blandos y la generación de programas de capacitación para mejorar la competitividad. Sin embargo, hasta el momento, la respuesta oficial ha sido insuficiente, lo cual aumenta la preocupación en el sector manufacturero. La incidencia de esta crisis en la industria pyme no solo afecta a los empresarios, sino que también repercute en miles de trabajadores y sus familias, quienes dependen de estos puestos de trabajo.