Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina, la pobreza ha alcanzado niveles alarmantes, afectando al 52,9% de la población en el primer semestre de 2024. Además, el nivel de indigencia se sitúa en un preocupante 18,1%. Un informe del Banco Mundial detalla cuatro razones clave que mantienen a la Argentina atrapada en el ciclo de la pobreza, obstaculizando su crecimiento económico sostenible.
La primera razón es la inestabilidad macroeconómica que sigue azotando al país. Este problema se manifiesta en elevadas tasas de inflación, volatilidad del tipo de cambio y un elevado nivel de deuda pública. La inestabilidad económica reduce la capacidad del país para atraer inversión extranjera, lo que limita las posibilidades de generación de empleo y crecimiento sostenido, afectando directamente el nivel de vida de su población.
En segundo lugar, el informe del Banco Mundial destaca la debilidad institucional como otro obstáculo importante. La falta de un marco regulatorio sólido y eficaz, junto con altos niveles de corrupción, afecta negativamente el desarrollo de políticas públicas eficientes. Como consecuencia, los esfuerzos para reducir la pobreza y mejorar la equidad social se ven gravemente limitados, perpetuando las desigualdades existentes.
Una tercera razón identificada es la falta de inversión en infraestructura y educación. La infraestructura obsoleta y desvinculada, así como un sistema educativo que no logra satisfacer las necesidades del mercado laboral moderno, resultan en una baja productividad. Sin una infraestructura adecuada y una fuerza laboral preparada, la economía argentina encuentra dificultades para competir en el escenario global, lo que agrava más el problema de la pobreza.
Finalmente, el Banco Mundial menciona la economía informal como un factor importante que impide el desarrollo económico del país. Un alto porcentaje de la fuerza laboral se encuentra empleada en sectores informales, lo que implica bajos niveles de ingresos y falta de acceso a beneficios laborales básicos como la seguridad social. Esta situación marginaliza aún más a los trabajadores y disminuye la capacidad del gobierno para recaudar impuestos necesarios para financiar programas sociales.
En resumen, la confluencia de inestabilidad macroeconómica, debilidad institucional, falta de inversión en infraestructura y la persistencia de una economía informal, constituyen barreras significativas que impiden a Argentina salir del ciclo de pobreza. Estas causas, analizadas por el Banco Mundial, requieren un enfoque integral y coordinado para ser resueltas, con el objetivo de construir un futuro más próspero y equitativo para todos los argentinos.