El medicamento Zepbound, que había sido anticipado como un importante conductor de ingresos para la empresa, no alcanzó el volumen de ventas pronosticado. Esto se debió a la creciente competencia en el mercado de tratamientos para la obesidad, así como a desafíos regulatorios que ralentizaron el impulso inicial del producto. Además de los problemas específicos de Zepbound, la compañía también ha ajustado a la baja su proyección de ingresos anual, lo que refleja los desafíos más amplios que enfrenta en varios de sus segmentos. Esta revisión de las cifras ha obligado a Eli Lilly a reevaluar su estrategia de mercado para el futuro inmediato.
La reacción del mercado fue rápida e intensa. Los Cedears, que representan a las acciones de Eli Lilly en los mercados bursátiles argentinos, registraron una caída significativa, reflejando el sentimiento negativo de los inversores. Esto ocurre en un contexto en el que los mercados financieros globales están en un estado de alerta máxima, atentos a cómo las grandes farmacéuticas están navegando los desafíos pospandemia. Los analistas advierten que Eli Lilly debe presentar medidas efectivas para recuperar la confianza de los inversores, posiblemente mediante innovaciones en su portafolio de productos o ajustes estratégicos que le permitan enfrentar los nuevos desafíos competitivos y regulatorios en el sector.