El crecimiento del comercio electrónico no compensa la caída del consumo físico: un análisis exhaustivo

May 7, 2025 | economia

En un contexto económico marcado por la incertidumbre y los constantes vaivenes, el comercio electrónico ha experimentado un auge significativo en los últimos años. Sin embargo, este crecimiento no parece ser suficiente para compensar la caída del consumo en el comercio offline. La reciente declaración del Presidente de la Nación, en la que pidió “abrir los balances del e-commerce” para demostrar que el consumo está “volando”, ha despertado inquietudes entre especialistas del área, quienes advierten que, si bien hay señales de una ligera recuperación en las ventas online, esto no es suficiente para revertir el panorama general del consumo.

En los últimos años, el avance de la tecnología y el aumento del acceso a internet han permitido que el comercio electrónico se convierta en una alternativa viable para los consumidores argentinos. La pandemia de COVID-19 aceleró este proceso, obligando a muchos negocios a adaptarse a un entorno digital. Sin embargo, los datos revelan que aunque las ventas online han crecido, no logran compensar la drástica caída del consumo en los establecimientos físicos, que aún representa una parte importante de la economía nacional.

Según estudios recientes de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), el comercio online tuvo un incremento notable en comparación con años anteriores, especialmente en categorías como tecnología, moda y alimentos. Sin embargo, esta expansión no ha logrado revertir una tendencia preocupante: el consumo en el sector físico continúa disminuyendo. Esto se debe a diversos factores, entre ellos la inflación, la disminución del poder adquisitivo de los hogares y un cambio en las preferencias de los consumidores, quienes, si bien se están habituando a realizar compras en línea, también se mostraron reacios a abandonar la experiencia de compra física que ofrecen las tiendas tradicionales.

Los analistas señalan que este fenómeno se puede entender en el marco de un “principio de recuperación”, pero no se debe confundir esto con una recuperación total del consumo. Si bien la situación actual muestra que el comercio electrónico es una parte importante del panorama, el hecho es que el consumo rural y urbano en comercios físicos, bares y restaurantes aún presenta cifras históricamente bajas, reflejando un cambio profundo en el comportamiento de la población. Los economistas advierten que muchos de estos cambios son estructurales y podrían haber llegado para quedarse.

En un estudio realizado por la consultora Kantar, se observó cómo el 65% de los encuestados aún prefiere la experiencia de comprar en tiendas físicas, citando razones como la posibilidad de tocar y probar productos antes de adquirirlos, la inmediatez de la compra y el deseo de evitar los costos de envío asociados al comercio electrónico. A la vez, un segmento creciente de consumidores jóvenes se muestra más abierto a realizar compras en línea debido a la comodidad y variedad que ofrece esta modalidad. Esto plantea un desafío para diversos sectores, que deben adaptarse rápidamente a un modelo donde la omnicanalidad se vuelve fundamental para sobrevivir en el mercado.

Uno de los puntos centrales que también se debatió en los últimos días es el impacto que tiene el comercio electrónico sobre el empleo. Si bien el crecimiento de este sector ha generado nuevos puestos de trabajo en áreas como la logística, el marketing digital y servicio al cliente, también ha llevado al cierre de numerosos comercios tradicionales que no han podido competir con los precios y la variedad del e-commerce. De acuerdo a un informe elaborado por la UCA (Universidad Católica Argentina), la tasa de desempleo en el sector comercio ha aumentado un 4% en el último año, un dato alarmante que refleja el cambio estructural del sector.

Algunos economistas indican que el desafío no radica en discutir la legitimidad del crecimiento del e-commerce, sino en encontrar formas de integrar estos dos mundos. “El comercio electrónico y físico no son enemigos, sino aliados en una nueva economía que está en constante transformación. Debemos encontrar la manera de que ambos puedan coexistir, generar sinergias y atraer al consumidor de forma efectiva”, expresó un especialista en marketing digital durante una charla sobre la evolución del consumo en Argentina. Este punto de vista ha llevado a muchas empresas a revisar sus estrategias de marketing, buscando caminos que les permitan aprovechar la flexibilidad y el alcance del comercio digital, sin perder de vista el valor de la experiencia física.

Asimismo, en un esfuerzo por fortalecer el comercio local, varios distritos y municipios han lanzado campañas para fomentar las compras en tiendas físicas, acentuando la importancia del “comercio de barrio”. La campaña, que busca incentivar a los consumidores a visitar locales cercanos y apoyar a pequeños emprendedores, ha coincidido con iniciativas para integrar mejor a los comercios en el ecosistema digital, proveyendo capacitaciones y herramientas para que puedan desenvolverse en el ámbito online. Esta estrategia busca mitigar el impacto negativo en el empleo y abrir nuevos canales de venta para los comercios tradicionales.

Por otro lado, los organismos de control también han comenzado a poner su mirada sobre el e-commerce. La Secretaría de Comercio, por ejemplo, está trabajando en la regulación de ventas online, a fin de crear un marco que proteja tanto a consumidores como a pequeños y medianos empresarios. Esto es un paso positivo hacia la formalización de un un sector que, en su mayoría, opera en la informalidad, lo que dificulta el poder de fuego de las normativas existentes y genera desconfianza entre los consumidores.

El consenso entre los especialistas es que el crecimiento del comercio electrónico debe ser analizado con un enfoque crítico. Si bien será beneficioso para la economía en general siempre que se regule adecuadamente, no se debe considerar como la solución única para los problemas del consumo en Argentina. Se presenta como un componente más dentro de un ecosistema complejo, en el que las decisiones del consumidor, la situación económica y las estrategias de negocio juegan un papel crucial.

Finalmente, aunque el comercio electrónico se presenta como el futuro para muchos, la realidad del comercio físico debe ser contemplada de manera urgente. Los centros de compra deben reinventarse, los servicios deben adaptarse a nuevas necesidades y las estrategias empresariales deben alinearse no solo con los avances digitales, sino también con un consumidor que busca más que solo comprar un producto; busca experiencias, emociones y conexión humana. En conclusión, la búsqueda de un equilibrio entre el e-commerce y el consumo físico es la clave que definirá el rumbo del comercio en la Argentina en los próximos años.

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