El Gobierno argentino ha intensificado sus esfuerzos para asegurar la aprobación del proyecto de Presupuesto 2025, enviando emisarios al Congreso para defender la propuesta y negociar los votos necesarios. Con un panorama político fracturado y una oposición que ha expresado reparos y críticas al proyecto, las autoridades buscan tender puentes y garantizar los consensos necesarios para avanzar con la iniciativa presupuestaria.
Los emisarios gubernamentales, encabezados por representantes clave del Ministerio de Economía, se han reunido con legisladores de diversas bancadas para discutir los puntos más controvertidos del presupuesto. Uno de los principales objetivos es responder a las inquietudes planteadas por los diputados y senadores, especialmente aquellas relacionadas con los recortes de gastos y las nuevas partidas asignadas a distintos programas sociales y de infraestructura. Las negociaciones han sido descritas como arduas pero constructivas, y se espera que continúen en los próximos días.
En el Congreso, las sesiones han estado marcadas por intensos debates y cuestionamientos cruzados. La oposición ha puesto el foco en la falta de claridad sobre el financiamiento de ciertos proyectos y en las proyecciones económicas planteadas por el Ejecutivo. Sin embargo, desde el oficialismo aseguran que el Presupuesto 2025 está diseñado para fomentar el crecimiento económico y la estabilidad financiera del país. Con la cuenta regresiva en marcha, el Gobierno confía en poder recolectar los votos necesarios para la aprobación, aunque reconoce que el desafío es significativo. Mientras el debate continúa, la atención está puesta en cómo se desenvolverán las negociaciones y si las concesiones y modificaciones propuestas serán suficientes para conquistar a los legisladores indecisos.