En los primeros días de octubre, se registró una significativa salida de depósitos en dólares de los bancos argentinos. A pesar de este fenómeno, las entidades bancarias se muestran optimistas respecto a las próximas etapas de la Fase 1 del Régimen de Regularización de Activos. Según los informes más recientes, se estima que ya se han retirado una considerable cantidad de dólares de las reservas disponibles, en un contexto donde los ahorristas y empresarios buscan nuevas alternativas para salvaguardar sus activos.
El fenómeno del blanqueo de capitales y la búsqueda de seguridad financiera han motivado a muchos depositantes a retirar sus fondos en moneda extranjera. Sin embargo, esta tendencia al retiro no ha minado por completo la confianza de los bancos. Voceros del sector bancario sostienen que estás salidas están dentro de los previsto y aseguran tener las herramientas necesarias para afrontar este tipo de contingencias. Asimismo, consideran que la evolución de las políticas económicas y los incentivos propuestos por el gobierno para el regreso de capitales serán clave para revertir esta situación en el mediano plazo.
El destino de estos fondos es variado y responde en gran medida a la incertidumbre económica y política del país. Algunos optan por el mercado de bienes raíces, buscando invertir en propiedades como una vía de refugio seguro. Otros prefieren mantener sus activos en cuentas de instituciones financieras en el extranjero, buscando estabilidad frente a la volatilidad del mercado local. En menor medida, se observa una creciente tendencia de dirigirse hacia inversiones en criptomonedas y acciones, alternativas consideradas de alto riesgo, pero también con posibilidades de alta rentabilidad. A pesar de las fluctuaciones del mercado y la incertidumbre, los bancos confían en que las medidas de ajuste y los programas de regularización de activos lograrán atraer nuevamente a los depositantes en los próximos meses. Confían en que este ciclo de retiro de fondos sea parte de una dinámica más amplia que, a largo plazo, podría estabilizarse y quizás revertirse con políticas adecuadas que respalden el retorno de capitales y promuevan un ambiente financiero más seguro y previsible.